El fallo del tribunal a favor de Isadora había sido apenas la primera grieta en el muro de sus enemigos. Al día siguiente, las autoridades emitieron un comunicado que hizo temblar a toda la ciudad: se abrían investigaciones formales contra Amara Leclerc, Damián Echeverri, y contra Ernesto y Eugenia Morel.
Las pruebas reunidas en semanas de revisión salieron a la luz con contundencia. Los peritos aeronáuticos confirmaron que el avión en el que viajaban Isadora, Gabriel y su séquito había sido manipulado. No se trataba de un accidente ni de una falla mecánica; alguien había alterado los controles deliberadamente.
Los nombres de Amara y Damián aparecieron vinculados en los registros de pagos ocultos a técnicos de mantenimiento. La prensa no tardó en replicarlo en todos los titulares: “El accidente no fue accidente: se confirma sabotaje.”
Mientras tanto, otra línea de investigación apuntaba directamente a Ernesto y Eugenia Morel. Documentos recuperados en la notaría y en los archivos