La lluvia había cesado justo antes del amanecer, dejando un cielo grisáceo que apenas dejaba pasar la luz del sol. Desde la suite, Isadora observaba cómo la ciudad despertaba lentamente, sin imaginar el caos que se avecinaba.
En la mesa de centro, una taza de café humeante reposaba intacta. Ella no necesitaba cafeína; lo que la mantenía alerta era la certeza de que, en cualquier momento, las primeras grietas comenzarían a aparecer en el muro de sus enemigos.
El teléfono seguro que Gabriel le había entregado la noche anterior vibró sobre la mesa.
—Ya está en línea —informó la voz de Rafael al otro lado—. El portal económico lo publicó hace quince minutos. Titular principal: «Escándalo financiero sacude a Echeverri y Leclerc: presuntas irregularidades en sociedades pantalla».
Isadora apenas pestañeó.—¿Están mencionando algún nombre?
—Sí. Damián y dos socios menores figuran directamente. Y hay un párrafo donde sugieren que Amara Leclerc podría estar vinculada a la creación de l