La familia Echeverri y leclerc, ahora se encontraban sin ninguna ruta de escape.

Se preguntaban qué había pasado, todas las pruebas aparecieron en un abrir y cerrar de ojos.

¿Quién podría ser tan poderoso, para haber recuperado las pruebas en un corto periodo de tiempo?

Acorralados y sin salida, Damián y Amara, convocaron a una reunión de último momento.

Horas más tarde, los accionistas, junto con Damián y Amara, se reunían en el hotel más importante de la ciudad.

Los primeros en llegar, fueron los padres de Isadora. Ernesto y Eugenia Morel.

—¿Qué pasó por qué la urgencia, a esta convocatoria?—preguntó Ernesto Morelos, con el ceño fruncido. Eugenia no se quedó atrás, y en el rostro se le veía la incomodidad.

Damián no había empezado a hablar, cuando escuchó el eco, de sonidos de pasos firmes que resonaban por el salón de mármol. La puerta doble, alta y de madera oscura, se abrió con un crujido solemne, y el murmullo apagado de los presentes se convirtió en un silencio espeso.