Mundo ficciónIniciar sesiónEn la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital General, Lucía Solís permanecía en un coma profundo que ya completaba su segundo día completo. Su cuerpo pequeño y frágil estaba conectado a una red compleja de tubos y cables que la mantenían técnicamente viva mientras su mente vagaba por lugares que los doctores no podían alcanzar ni con toda su tecnología moderna.
Las muñecas de Lucía estaban vendadas con capas gruesas de gasa blanca que ocultaban las suturas negras debajo, los puntos que habían cerrado las heridas que ella misma se había infligido en un momento de desesperación tan profunda que había preferido la muerte a la culpa insoportable.
El monitor ca







