Mundo ficciónIniciar sesiónMiranda permaneció de rodillas en el suelo sucio de la celda de aislamiento, sosteniendo el rostro demacrado de su medio hermano entre sus manos temblorosas. Las palabras que necesitaba decir pesaban en su lengua como piedras, cada una más difícil de pronunciar que la anterior.
—Necesito contarte toda la historia. La historia completa que nuestro padre escondió durante treinta y cuatro años.
Diego la miró con ojos que habían perdido su capacidad de sorprenderse ante cualquier nueva traición. Había descendido tan profundamente al infierno durante las últimas setenta y dos horas que nada podía hacerle daño de formas nuevas.







