CAPÍTULO 83. En inicio del apocalipsis
CAPÍTULO 83. En inicio del apocalipsis
Los labios de Grayson se convirtieron en una fina línea llena de frustración mientras miraba a aquella mujer. No la reconocía, no era capaz de entender el odio oscuro y visceral que la animaba, pero por desgracia su hermano menor tenía razón: a menos que le siguiera el juego, jamás lo descubriría.
Se acercó a ella despacio, controlando toda aquella vorágine de malos sentimientos que se provocaban el uno al otro, y la miró a los ojos, desesperado por encontrar a la mujer de la que hacía un año se había enamo...
No. Ya no podía usar esa palabra.
Pero había otras, otras que tampoco habían desaparecido y que emergieron de golpe en el mismo segundo en que sus cuerpos se rozaron.
La sintió ponerse de puntillas contra él y rozar sus labios lentamente, como una invitación, repartiendo su aliento cálido sobre las comisuras de su boca hasta que tuvo que cerrar los ojos o, de lo contrario...
Y ese era el problema: seguía sin haber opciones para él. Solo pud