CAPÍTULO 82. Un pacto con el demonio
CAPÍTULO 82. Un pacto con el demonio
Y la respuesta era simple: no. A Serena no le bastaba con que mataran a todos y cada uno de ellos. De nada serviría para aplacar su ira si no los veía sufrir, de nada serviría para enterrar su dolor si no los veía arrepentirse y suplicar piedad, aunque ella definitivamente no estuviera dispuesta a concederla.
—Es necesario, y sí, esta es la única manera, porque no quiero destruir a los hermanos Blackwell —sentenció con firmeza—. Haré que se destruyan entre ellos.
Así que tomó aquel pequeño papel inútil, porque ya sabía muy bien cuál era el número de Grayson, y lo marcó en su celular para hacer una llamada mientras se dirigía hacia su despacho privado. Ni siquiera había sonado dos veces cuando escuchó su voz a través de la línea, y le pareció terriblemente ronca y preocupada.
“Serena...”
—Me dijeron que necesitas hablar conmigo —dijo ella, sin ningún tono especial en la voz.
“Sí, quiero hacerlo. ¿Crees que podamos reunirnos en el estudio o...?”
—En