Al escuchar esto, Dante se enfureció más: —¿Sin posibilidad de ganar? ¿Quién te crees que eres? ¿Acaso la ley la escribiste?
Vicente sacó una tarjeta de su bolsillo.
—Olvidé presentarme. Esta es mi tarjeta.
Vicente colocó la tarjeta sobre la mesa. Dante la tomó con desdén para mirarla, pero quedó paralizado.
—¿Vicente? ¿Ese famoso abogado estrella de los últimos años? ¿Tú?
Vicente arqueó una ceja: —¿Algún problema?
Mario y Tadeo intercambiaron miradas mientras Miguel tomaba la tarjeta de la mano de Dante.
Con razón Andrea estaba tan decidida a divorciarse de él. Resultaba que contaba con un abogado de primera y por eso creía que podría ganar la demanda.
Ridículo.
Mario dio una palmada en el hombro de Dante.
—He oído hablar de este Vicente. Es un hueso duro de roer. Mi padre quería contratarlo como asesor legal de la empresa ofreciéndole un gran sueldo.
Tadeo añadió en voz baja: —Tu familia está enfrentando una nueva ronda de financiación. No pueden permitirse errores. Si tu padre se en