Lianys
La mirada grisácea de mi hermana es de puro odio, y para que ella deje su glamour y educación a un lado, es porque la cosa es seria.
— Largo. — demando.
Todos se levantan y se retiran.
— Tú y yo tenemos que hablar. — sentencia Akem antes de retirarse.
Espero que la puerta se cierre para ver que otro capricho de la reina Saskia quiera que le cumpla; sin embargo, mi cara es volteada por una bofetada de parte. Me agarro la mejilla con rabia y me levanto para encararla.
— ¡¿Qué mierda te pasa a ti?! ¿Acaso no sabes con quién estás hablando?
— Claro que sé con quién hablo. ¡Con el hijo de puta más grande que hay en el planeta Tierra! Podrás ser muy Boss, el hombre de Rusia que no se puede tocar, pero a mí en lo personal tu título te lo puedes pasar por los huevos si así lo deseas. — increpa rabiosa — ¿Cómo se te ocurre dejar a Lianys como si fuera una cualquiera?
— ¿Todo este escándalo por eso? — ruedo los ojos.
Ella se me acerca alzando el mentón con la seguridad que siempre lleva