Lianys
Siento como mi pecho se va comprimiendo poco a poco haciendo que me cueste respirar. Esta sensación me asusta y mucho, el ritmo de los latidos de mi corazón no se apaciguan por más que quiera tranquilizarme, las palabras de Kaem calan en lo más profundo de mi ser. Me derrumbo por completo, el castillo de cristal que creí haber construido con sus palabras bonitas, se rompió en miles de fragmentos, así como mi corazón.
Sentada en un escalón de las escaleras veo como sacan maletas de nuestra habitación para ingresarla en una camioneta. Él habla por teléfono en susurros, como si no quisiera que los demás sepamos su tema de conversación.
Las lágrimas ruedan por mi mejilla, por más que me regañe para no demostrarle lo herida que estoy, me es inevitable.
Termina la llamada y Jacinta le informa que todas las maletas ya están en el vehículo. Se quita los lentes de sol y me mira, por un momento pienso que tal vez se eche para atrás con la idea de irse. Estoy consciente que tengo que val