—¡Jae! —Crina corría detrás de él—. ¡Jae!
Jae se tropezó con una rama, cayó al suelo de manera muy brusca. Sintió un corte en su cara, sus manos dolían, podía sentir un líquido caliente cayendo por su rostro.
Alzó la mirada, se encontraba en el bosque, y vio como Crina llegaba a él preocupada.
—¡Te has cortado!
Crina se lanzó a su lado para revisarlo.
—¡Suéltame!
Jae la empujo con fuerza haciendo que ella también caiga cerca,