—¿Qué haces?—preguntó Lauren sentándose al lado de Jaime.
Puso una taza de café en el escritorio donde Jaime trabajaba, apoyó su cabeza en su hombro y observó distraídamente lo que escribía su novio en su ordenador.
—Tengo que hacer unos pedidos a distintas manadas—dice sin dejar de escribir—. La madre Dylan necesita muchas plantas medicinales para poder ayudarnos.
—Son las tres de la mañana—le reprocha Lauren.
—Estoy acostum