En momentos como este muchos llorarían, otros desearían morir de inmediato, pero yo no, así que me comencé a reír escandalosamente, llamando la atención de todos.
-Nef…. –
—Adela. —Quería que me mirara.
Ella lo hizo y me miró de una manera desafiante.
-¿De veras quieres todo esto? ¿Las guerras y todo?
—No sabes...
—No. -la interrumpí. -no sabemos ni mierda, acláralo, ¡ya maldita sea!
-Solo una de ustedes debe vivir.
¡Para qué! –la reté en decirme la verdad
¡CÁLLATE NEFERET!
—No, NO, ME VOY A CALLAR, SI VOY A MORIR, MEREZCO SABER EL PORQUÉ
-Bien.
—Es el acuerdo.
¿Acuerdo de qué? –preguntó Ilse.
-La mafia, niñas.
—¿Mafia? –siguió preguntando Ilse.
—Sofía explícales. –Demandó, pero ella solo bufó.
-Años atrás, se fundó una organización, con 8 miembros de diferentes países, yo quede como la líder años atrás, esto viene de generación en generación, cuando supe de mis dos hijos tuve que matar a uno, pero no podía, ellos deberían salvarse, así que le entregue mis hijos a diferentes hombres,