A pesar de que el hombre la abrazaba, todavía dudaba de la realidad - ¿Juan?.
-Sí - se separó poniéndole las manos en los hombros - Soy yo. Me arrepentí tanto de haberte dejado salir sola que corrí a buscarte.
-¿pero cómo supiste dónde estaba?.
-le pregunté al hombre de la puerta. Te estuve buscando por un largo tiempo.
-ah - suspiró, devolviéndole el abrazo - te extrañé. Fue horrible estar sola.
-lo siento - sus brazos la volvieron a rodear para que María apoyara la barbilla en su hombro - no pude dormir pensando que era peligroso. Caminé toda la noche para poder alcanzarte.
-si hubieras venido conmigo, no hubiera pasado una tarde tan mal - expresó su