El Pasadizo Oculto
La Plaza del Mercado, que solía ser un hervidero de comercio, se había transformado en un mar de cuerpos. Miles de plebeyos, sus rostros marcados por la desesperación y la furia, se alzaban contra la opresión del Rey. Sus gritos, un coro de indignación, resonaban en el aire, exigiendo justicia para Kaida y el fin del sistema de sacrificios por sorteo. Conan, Orlo y Gonzalo, escondidos entre la multitud, observaban la marea de la rebelión, sus corazones latiendo con la misma fuerza que el de su gente. El alzamiento había comenzado.
Mientras la ciudad ardía en un caos controlado, en la Mazmorra de la Inquisición, Kaida se aferraba al alfil de cristal. El pequeño rollo de pergamino, enrollado en su base, revelaba un mapa detallado de la prisión, con una ruta marcada en tinta invisible. Una ruta que conducía a una cámara secreta, la "Cámara de la Inquisición", el lugar donde se guardaban los secretos más oscuros de la nobleza. Y la verdad de su linaje.
Kaida sabía que el