El Conde de Valois: La Redención del Corazón Roto
El Conde de Valois, una figura que antaño había encarnado la ambición y la lealtad ciega al antiguo régimen, había encontrado una difícil pero profunda redención en el Amanecer Dorado de Veridia. Tras la muerte de su hijo Calix y la caída de su hija Isabel, su corazón, antes endurecido por el orgullo, se había roto, permitiendo que la verdad y el arrepentimiento finalmente encontraran un camino. Su servicio a la Reina Kaida no era por imposición, sino por un sincero deseo de expiar sus errores.
Su papel en la corte de Kaida era el de un consejero silencioso en asuntos de nobleza, un puente entre el viejo y el nuevo mundo. Conocía las intrigas y las costumbres de la aristocracia como nadie, y su experiencia era invaluable para Kaida en la unificación de las casas nobles. Sin embargo, no buscaba poder ni influencia; su única motivación era servir a la Reina que había traído la justicia al reino y que había honrado el sacrificio de su hij