"Lisandra"
Una cosa que aprendí a hacer en la vida fue ocuparme para no pensar en cosas desagradables. Siempre que algo malo o desagradable estaba en mi mente me ocupaba con cualquier otra cosa para no pensar. Y hoy necesitaba ocuparme, necesitaba ocuparme mucho para no quedarme pensando que Patricio me iba a dejar.
Desapareció como humo en el aire y estaba segura de que iba a terminar conmigo, pero tendría que aparecer para hacerlo, aunque fuera a través de una carta, más temprano o más tarde daría noticias. Y es como dicen, quien muere de víspera es pavo. Entonces en lugar de sufrir antes de tiempo me ocupé con el trabajo y el día fue pasando, pero no pasó tan rápido como me hubiera gustado.
—¿Lisa? —Ya era media tarde cuando Rick asomó la cabeza en mi oficina—. ¿Por qué no fuiste a almorzar, linda?
—¿Almorzar? —Dejé de escribir en la computadora y lo miré—. No tengo hambre.
—No debes saltarte las comidas, doña Lisandra. Mira, te traje un jugo y un sándwich. Para lo que estás ha