"Cándido"
Después de que salí de la finca fui a la casa de las chicas de Soninha, era un burdel que quedaba en los alrededores de la ciudad. Las chicas eran buenas en el trabajo, muy buenas. Y Soninha me ayudaría con lo que necesitaba.
—¡Cándido! Llegaste temprano hoy. —Soninha se rio.
—Soninha, necesito ayuda con un asunto.
—¿Y qué gano yo con eso?
—Puedes poner tu precio, yo pago, sé que tu ayuda nunca es gratis. —Solo sonrió. —Necesito que me compres unas cosas de mujer.
—Pero, Cándido, ¿qué es esto? A esta altura de la vida, ¿un hombre viril como tú va a cambiar de gustos? —Soninha era una puta burlona.
—¿Te parezco raro, Soninha? Es para mi novia.
—¿Te vas a casar? —Abrió los ojos como platos.
—Sí. —Estaba muy satisfecho. —Pero tranquila, voy a seguir siendo tu cliente.
—¿Y por qué no mandas a tu novia a hacer las compras?
—Eso no es de tu incumbencia. —Solo se encogió de hombros. —Vas a comprar un vestidito blanco sencillo para la boda y una de esas ropas íntimas adorn