Me estaba riendo de cómo Patricio se fue llevando a Virginia de la mano mientras ella nos miraba con una cara muy graciosa, cuando Alessandro también tomó mi mano y me jaló, provocando las risas de todos.
—Y usted, señorita Catarina, viene conmigo —Alessandro me tomó por la cintura—. ¿Lygia va a pasar la noche con Pedro?
—Sí, pero yo no voy a pasar la noche contigo, Alessandro.
—¡Ah, sí que lo harás! Fuiste tú quien dijo que nos divertiríamos esta noche. Como la noche aún no ha terminado, vamos a terminarla en mi casa —Me jaló y me besó, sin darme tiempo de decir nada más mientras me llevaba hacia su auto.
—Alessandro, ¡no voy a dormir contigo! —dije irritándome.
—¿Y quién dijo que vamos a dormir? —respondió mientras me sentaba en el asiento del copiloto, dio la vuelta y se sentó en el asiento del conductor, se inclinó sobre mí, jaló y abrochó mi cinturón de seguridad y me dio otro beso—. Vamos a matar las ganas que nos tenemos, mañana puedes volver a enojarte y yo volveré a pedir