"Samantha"
El fin de semana en casa de mi abuela fue más que perfecto. No esperaba que Heitor me pidiera matrimonio y me hizo la propuesta más linda del mundo. Confieso que nunca fui el tipo de mujer que sueña con el matrimonio, el vestido de novia y todas esas cosas, pero ahora que estoy comprometida, estoy emocionada y ansiosa.
—Gente, ¡estoy comprometida! —me dije a mí misma en el vestidor, mirando el anillo y la alianza en mi mano.
—Sí, Ruiseñor, estamos comprometidos y quiero fijar una fecha para nuestra boda —Heitor me abrazó haciendo que apoyara mi espalda en su pecho y dándome un beso en la cabeza.
Estaba tan distraída con mis pensamientos que ni siquiera lo noté entrar. Él ya estaba listo para el trabajo, guapísimo con ese traje color carbón que hacía que sus ojos verde esmeralda resaltaran aún más. Yo estaba tan distraída que todavía andaba en bata.
—Mi lindo, ¿qué tal dentro de un mes?
—Muy lejos —se quejó besando mi cuello.
—No quiero salir corriendo como pasó con Ca