"Heitor"
Regresamos de la casa de playa al final de la tarde del domingo. Afortunadamente todos se habían recuperado bien y aquello ya era solo una pesadilla. Pero los días por delante prometían ser bastante agitados. Para empeorar mi humor, Sami pospuso la boda y no hubo discusión, aunque hasta entendía el motivo.
Apenas habíamos llegado y Flavio me llamó con una noticia que perturbaría a Sami. Rómulo había salido de la cárcel. Eso me estresó aún más. Todavía no sabían quién compró los bombones ni en qué tienda, porque el repartidor no era empleado de la tienda. Así, tendrían que ver todas las imágenes de seguridad que las tiendas de la marca de chocolates proporcionaron, lo que llevaría tiempo. Y como si no bastara, Reinaldo aún no había sido encontrado.
—Vaya, Flavio, ¿pero será que no tienes ni una buena noticia que darme? —pregunté.
—De hecho sí. Como te dije, puse a dos policías de civil de guardia en la prisión. Cuando Rómulo salió lo siguieron y están vigilándolo. Así que s