UN ÁNGEL EN GARANTÍA. CAPÍTULO 44. Un viejo karma
UN ÁNGEL EN GARANTÍA. CAPÍTULO 44. Un viejo karma
Petra avanzó sin dudar, agarró a Dorina del cabello con firmeza y comenzó a arrastrarla hacia una de las alas menos visitadas del castillo.
—Vamos —dijo Petra con voz fría—. Estoy bastante segura de que el señor Arasof quiere que aprendas cuál es tu lugar en esta casa.
Dorina forcejeó con desesperación, pero Petra era una mujer fuerte y no cedía.
La llevó hasta una habitación pequeña, oscura, casi una celda. Las paredes estaban manchadas con cosas que era mejor ni imaginarse, y el olor a humedad era fuerte, casi insoportable.
—Aquí vas a vivir —dijo Petra—. Y por cada acto de rebeldía que tengas, te quedarás sin comer durante dos días. Jamás he disciplinado físicamente a ninguna chica del servicio, pero los perros de esta casa conocen muy bien el alcance de mi vara y ahora mismo tú eres menos que un perro de esta casa. Si tratas de escapar te pegaré, si no obedeces te pegaré, si solo osas respirar feo alrededor de la señora…
—Adivino ¿m