UN ÁNGEL EN GARANTÍA. CAPÍTULO 43. Justicia poética
UN ÁNGEL EN GARANTÍA. CAPÍTULO 43. Justicia poética
Ivan cerró la pesada puerta de madera detrás de sí con un golpe seco que retumbó por los altos techos del gran salón. La habitación quedó sumida en un silencio tenso y expectante. Sus ojos oscuros recorrieron el grupo de hombres que lo acompañaban, los jefes subalternos que, desde la emboscada en Budapest, habían quedado a cargo de ciertas partes de su organización. Todos ellos tenían en común la preocupación y el respeto hacia él, pero Ivan no dejaba de pensar en Pavel, el hombre que había muerto en su lugar.
—Quiero que recuperen el cuerpo de Pavel como sea. No me importa si tenemos que dragar medio Danubio, quiero que lo encuentren de inmediato —ordenó y sus palabras hicieron eco en los corazones de los hombres.
Pavel no era solo un soldado leal, sino un amigo, casi un hermano para todos. Muchos bajaron la cabeza, otros se frotaron el mentón con pesar.
—Merko, te voy a encargar esa tarea —gruñó Ivan—. Limpia primero la propiedad,