UN ÁNGEL EN GARATÍA. CAPÍTULO 22. El peor de los encuentros.

Sari sabía que aquella paz y aquella felicidad que de repente estaba experimentando con él le duraría poco. Nunca había ido a una fiesta como esa, no se sentía cómoda en un evento grande, así que sentir que la mano de Ivan la soltaba era como si la lanzara de un barco en medio del mar, a ella que no sabía nadar.

Trató de encontrar un rincón, pero en esa fracción de tiempo, sintió un frío en el estómago, y solo le bastó girarse para entender por qué: Dorina, su hermana, la miraba con una expresión cargada de repudio. Iba vestida de dorado, brillante, radiante, pero todo eso se apagaba con aquella mueca sombría que asomaba en su boca.

—¡Sarika! —exclamó Dorina entre dientes mientras se acercaba para mirarla de arriba abajo, dejando salir un asombro que era mezcla de sorpresa e incredulidad—. Tú… ¡¿Tú qué haces vestida así?!

Sari pasó saliva, pero no se molestó en saludarla o tratar de que le hablara mejor porque sabía que no l