CAPÍTULO 16. De una prometida a una estudiante
CAPÍTULO 16. De una prometida a una estudiante
Brenda sonrió como si de verdad creyera que había ganado. ¡Pobre ilusa!
No se daba cuenta de que aquella última sentencia de Maggie había puesto a Jackson más duro que ella restregándosele durante medio hora. ¡Porque Margaret Kingsley era un desafío, SU desafío!
—Salta a la vista que tú no eres la mujer para Jackson. Yo lo soy, ¡la única!
Maggie la miró con una ceja levantada y una sonrisa que no prometía nada bueno.
—Totalmente de acuerdo. Tú eres la mujer de Jackson. La amante perfecta para él —aseguró con fiereza porque bastante tenía con aguantar las humillaciones de su suegra como para tener que soportar también las de Brenda—. Pero te recuerdo una cosa —le advirtió levantando la barbilla—. ¡Una amante no puede visitar la oficina, ni ser vista en público con él, ni ser fotografiada, ni exhibirte en restaurantes y en viajes! ¡Existes para que te folle! ¡Existes para que esperarlo en tu departamento con las piernas abiertas, para que é