Cillian
—Su esposa falleció —me informa Jack cuando vuelve a verme—. Ella estaba mejorando, pero de pronto se asfixió y…
La voz de Jack se quiebra y confirmo lo que siempre sospeché: está enamorado de esa malnacida.
—Sí, ya me lo informó el doctor durante la madrugada —le respondo—. Tienes que encargarte de la organización del funeral.
—Señor Davenport —susurra, mirándome consternado—. ¿No le apena siquiera un poco que su esposa esté muerta?
—No más de lo que te apena a ti, al parecer —replico entornando los ojos—. No es que no me afecte, simplemente ya estaba preparado para que eso ocurriera. ¿Acaso no estaba tan grave? Ella debió pensar en las consecuencias antes de hacer semejantes tonterías.
«Fue lo mejor que pudo hacer», añado para mis adentros. Sin esa loca en el medio, por fin podré ser feliz con mi Constanza. Usando mi duelo como excusa, podré renunciar a la presidencia y largarme bien lejos con mi mujer y nuestro hijo.
No me importa que Damon lo haya engendrado; cada maldita c