Constanza
La primera buena noticia aparece en cuanto abro los ojos y reviso mi celular.
Olive está muerta.
Como Damon salió a hablar con el doctor que está de guardia, me permito reírme un poco de la noticia, que no sé si puede ser verdad o mentira, pero, al consultar varias fuentes, me doy cuenta de que es verdad.
Olive realmente falleció, y fue por dificultades respiratorias.
—Sé que no te gustaría verme alegrarme por la muerte de alguien, papá —susurro, luego de apagar el celular—. Lo siento, papi, pero nadie puede intentar dañar a mi hijo sin sufrir las consecuencias. Sé que tú habrías deseado lo mismo si alguien nos tocaba a Omar y a mí.
La felicidad momentánea se transforma lentamente en amargura y en un deseo espantoso de llorar. Me angustia profundamente pensar que mi padre está muerto, que tal vez ni siquiera me cuida desde donde estoy y que su memoria simplemente ha quedado en la nada.
Así voy a quedar cuando todo explote.
—No me importaría si me tomaras de la mano, papá —sus