El próximo domingo celebraremos el primer aniversario de nuestros cuatrillizos, nuestros cuatro fantásticos. Crecieron bien y saludables. Fue como ver una mezcla entre Alessandro y yo. Augusto y Maitê tenían mi pelo negro y los ojos azul violeta de su padre. Santiago y Aurora tenían el cabello castaño de su padre y mis ojos verdes. Eran como Pedro, niños sanos y muy felices. Pedro era protector con sus hermanos y especialmente amable con las niñas.
Decidimos que haríamos una pequeña celebración en la finca de mis padres, ya que el sábado se celebraría en Campanário el tradicional baile de máscaras anual y iríamos.
Estaba haciendo mis maletas. Alessandro salió del armario sosteniendo una caja negra y me jaló para sentarme a su lado en la cama.
- ¿Qué es eso? – pregunté con curiosidad.
-Este es un recuerdo de nuestra primera noche. – dijo Alessandro y sus ojos brillaron.
Cuando Alessandro abrió la caja, sacó la máscara que llevaba en el baile cuando nos conocimos, un pañuelo blanco y mi