“Alejandro”

Acababa de unirme a una videoconferencia con algunos socios chinos cuando noté que mi hermosa esposa entraba a la habitación y cerraba la puerta con llave. Inmediatamente mis ojos volaron hacia la bandeja que ella llevaba, donde había una taza y un plato con el pastel de chocolate que le había dado antes. Ella no iba a hacer eso otra vez ¿verdad?

Mi mente voló a unos meses atrás, cuando en un día de mucha provocación Catarina se masturbó frente a mí mientras estaba en una videoconferencia con estos mismos socios chinos.

Ella entró, con una sonrisa inocente en sus labios, se acercó a mí, puso la bandeja en la mesa y colocó una taza de té a mi lado. Ella dejó caer la servilleta y se agachó para recogerla, dejando su trasero afuera para mí. Ella se veía sexy e inmediatamente mi polla cobró vida dentro de mis pantalones. ¡Bueno, ya no estaba prestando atención a la maldita reunión!

Decidí que esta vez no me dejaría con ganas. Mientras la veía caminar hacia el otro lado de la m