Alrededor de las cuatro de la tarde, Manu me dijo que los delegados estaban allí para verme. Me pareció extraño que hablara en plural, pero simplemente les pedí que entraran. Alessandro apareció en la puerta justo cuando los hombres entraron.
-¡Buen fin! ¡De piel oscura! Gracias por ser tan amable de venir a recoger la declaración de mi esposa aquí. – dijo Alessandro amablemente.
- Es un placer hacer esto, Meléndez. Y por cierto, gracias de nuevo por la invitación a la boda, fue realmente una fiesta hermosa. – Bonfim respondió con su habitual amabilidad y cortesía.
- Fue un honor tenerte a ti y a tu familia con nosotros en un momento tan especial. Me devolviste a la mujer de mi vida, ella tenía que estar allí. – respondió Alessandro abrazándome. –Hagamos esto en mi habitación, mi ángel.
Entramos en la habitación de mi marido. El jefe Moreno encendió la computadora portátil que había traído y me pidió mis datos. Les di toda la información y empezaron a hacer preguntas. Comenzaron con l