Jenkins hace una seña y todos se ponen de pie, Alana da media vuelta
seguida del hombre, más atrás van todos. Suben por la misma escalera
en espiral que los llevó a las recámaras, pero esta vez siguen derecho
hasta una enorme habitación blanca. En ella tres hombres los esperan,
son las primeras personas que ven fuera de Alana y sus dos sombras. En
la pared del fondo de la habitación sobresale un enorme estante lleno
de armas. Algunas son extrañas, pero Catarina logra identificar varias
espadas, sables y pistolas. Es increíble la clase de armamento que tienen,
lo que hace que le hierva la sangre porque pudieron evitar la muerte de
Ellis y las otras mujeres.
—En este espacio aprenderán a usar las armas avanzadas —explica
Alana—, hemos desarrollado cierta tecnología que resulta bastante útil
en combate