Me preparé una mochila con ropa antes de salir a la casa de Gabrio, preparada por si me invitaba a dormir otra vez o a zambullirme en su pileta, en realidad deseaba que me invitara a quedarme, tenía que admitir que me gustaba más estar con él que en mi casa.
Cuando llegué me atendió Hilda, que se puso feliz de verme y saltó a mi alrededor como un perrito feliz.
ㄧ La milagrosa. ㄧ Me dijo después de llenarme de besos.
ㄧ¿Cómo está hoy Gabrio? ㄧ Pregunté por lo bajo.
ㄧ Bien, bajó a comer y eso ya es mucho. Ahora está con su hermano en la habitación. ¿Querés que te prepare algo para comer?
¿C&oa