66. SIN PIEDAD.
POV. SEBASTIÁN.
—Soy capaz de destruir lo que me rodea por diversión, no quieres imaginarte lo que te puedo hacer por venganza.
— Eres un niño.
— Es lo que quieres creer.
— Es lo que me has demostrado toda la vida — río —. Haciendo siempre las cosas por el bien de los demás y no por el propio, tú no tomas lo que te mereces o lo que te pertenece, tu recibes las migajas de lo que los demás te quieren dar. No sabes lo que significa pedir perdón y no permiso, tienes miedo de tomar las decisiones equivocadas porque siempre anteponer a esos tontos que llamas amigos y a esa putx que dices amar — se sentó en la silla del estudio —. Así nunca vas a ser poderoso y temido.
Reí y caminé por la habitación hasta que puse mis manos sobre la fina madera y me incliné un poco para mirarlo, su cuerpo se inclinó hacia adelante y estábamos a centímetros.
— Confundes la bondad con debilidad, el amor con compasión y la benevolencia de mi mano dura con fragilidad, pero lo que no sabes es que no conozco el te