573. UNA ALIANZA TEMEROSA
FABRIZIO:
El Don cierra los ojos un instante, negando con la cabeza. Deja escapar un suspiro profundo, pesado. Cada palabra de su hijo le está arrancando los años de dureza que lo habían convertido en el hombre temido que era. Cuando los vuelve a abrir, sus ojos están nuevamente cargados de determinación. Se adelanta y lo estrecha fuertemente, deteniendo la mirada tenebrosa en nosotros.
—Fabrizio Garibaldi, tienes el trato y la alianza que propones. Quiero que me des a Roberto y a toda su generación. Vamos ahora mismo a buscar a tu madre, hijo —habla con una frialdad de acero el Don—. Y sí, pueden llevarse a los cinco Manos Negras. Les perdono la vida y uniremos fuerzas. Nadie podrá contra nosotros: La Cosa Nostra y los Garibaldi serán una sola familia. Gracias, Fabrizio, muchas gracias. Estaré eternamente en deuda contigo.
Ante las palabras del Don, todo está dicho, cortante y definitivo. Todos asentimos de acuerdo y satisfechos con lo logrado. Yo sabía que ese momento llegaría, que