Giovanni la observa un instante, con una mirada glacial que paraliza a Rosa. Ella retrocede instintivamente, pero él no hace nada más. Se marcha, dejándola petrificada en medio de la cocina. Rosa, temblando, se muerde el labio en un intento de mantener la compostura mientras su mente da vueltas. Tiene que resolverlo todo, volver a ganarse la confianza de Giovanni. Y, sobre todo, debe alejar a Cristal y a Cecil cuanto antes.
De pronto, el sonido del teléfono la saca de sus pensamientos. Lo levanta, mira la pantalla y no reconoce el número. Duda por un segundo, pero finalmente contesta. Su rostro palidece al escuchar lo que le dicen.—Hola, mamá, mucho tiempo sin verte. ¿Cuánto es? Ah, sí… veintitrés años exactamente —se escucha una voz juvenil.Rosa se queda sin aire, mirando el teléfono sin entender. Un escalofrío recorre todo su cuerpo y vuelve a colocar el a