Salen raudos del hotel y se dirigen al edificio de Fabio Garibaldi. Al llegar, no ven a ninguno de sus hombres. Los llaman repetidamente, pero no obtienen respuesta. Finalmente, deciden marcharse.
—Mejor vámonos, no me gusta esto. Tenemos que prepararnos y luego atraparé a Cristal —dice Jarret.—Jefe, ¿se va a llevar este auto? Su padre lo va a matar —le recuerda su segundo, consciente de lo que gastó en el lujoso vehículo.—No me importa, me gusta mucho. Vamos, vámonos —responde Jarret mientras se dirigen hacia la salida de la ciudad, cuando recibe una llamada.—¿Quieres saber dónde está Cristal en este momento? —pregunta Ellie.—Ellie, si tienes esa información, dímela —exige furioso Jarret.Mientras Jarret se debatía entre el deseo de obtener esa información y el riesgo de seguir los impulsos de Ellie,