HOMBRE 3. Capítulo 45.
En el pueblo de Esso, en Kamchatka - Rusia, Natasha, ayudada por su tía, terminaba de curtir el cuero de reno utilizando una pasta de color rojo que resultaba de una mezcla de setas, cortezas varias y agua.
La extendía por la parte interna de la piel frotándola para darle suavidad, elaborando luego con ello abrigos, botas y gorros que regalaba a los chicos de la aldea.
Nikolay, un niño de unos ocho años que se pasaba casi todo el día con ellos, porque su madre trabajaba a diario en un negocio de alimentos y su padre había fallecido en el ataque de los demonios en la cuenca de los geiseres, entró al hogar en medio de un llanto suave.
—¿Qué ocurrió? —preguntó ella con angustia y lo abrazó para consolarlo.
Ella lo cuidaba sin cobrar un rublo a la madre del niño y lo quería como a un hijo propio, tanto a él como a decenas de chiquillos en ese pueblo y en el de los alrededores.
—Alexey no me dejó cabalgar un reno —dijo sorbiendo sus mocos.
Alexey entro en ese momento como si fuera un padre