Victor se obligó a mantener la voz tranquila mientras marcaba el número de Dean. Su mundo se estaba derrumbando, pero no podía permitir que Dean notara su pánico.
—Dean, necesito que traigas a Clara aquí. Ahora mismo.
—¿Qué pasa, Victor? Suenas fatal.
—Solo tráela. Tenemos que hablar sobre la entrevista que ha dado esta mañana en Internet.
Hubo una pausa al otro lado de la línea. —¿Entrevista en Internet? ¿De qué estás hablando?
—¿No has visto las noticias? Tu hermana acaba de destruir mi reputación en línea. Le ha dado una entrevista a un bloguero de chismes diciendo que es mi amante embarazada.
—¿Qué ha hecho qué? —La voz de Dean se volvió peligrosamente tranquila.
—Solo tráela a casa. Tenemos que pensar cómo manejar este lío.
—Dame una hora.
---
Dean colgó el teléfono y miró a Clara, que estaba sentada en su sofá con aire de satisfacción. Llevaba radiante desde que regresó de su «entrevista» y ahora él entendía por qué.
—Clara, ¿qué carajos has hecho?
—¿De qué estás hablando?
—Vict