Intenso, pero así era él. Cálmate, idiota, se instó. No quieres asustarla. Esta hermosa mujercita es como una tímida presa que ha sido
acosada y herida. Necesitas convencerla de salir de su refugio y desplegar sus alas. Para que vuele contigo. Evitó rodar los ojos ante su poco convincente poeta interno. Si Kaleb lo escuchara se reiría de él hasta el Juicio Final. El cabrón...
-¿Nos vamos?
Asintió, y sin soltar su mano, la guio hasta el ascensor.
-¿Te gustan los parques de diversiones?
Ella lo miró con los ojos grandes.
-Sí. Me encantan. Bueno, no es que haya ido a menudo. Nosotros... Bueno, estábamos siempre un poco complicadas de dinero y...
-Pues eso tengo planeado para hoy. Diversión con un poco de adrenalina, y muchos dulces y premios baratos. ¿Te gusta la idea?
Ver el brillo de sus ojos y su tentadora boca distendida impactó directo en su pecho y también en su masculinidad, ya motivada por su curvilínea presencia. Había pensado bastante qué hacer, y decidió que si quería conmover