Colgó sin esperar su respuesta, satisfecho y asombrado. Conmovido, en cierto modo. Se había apresurado. Esperaba no haber cometido un error, pero su personalidad había fluido en cuanto entendió que ella cedía. Había sido el paso necesario para que ella se percatara de que no tenía salida ni escapatoria.
Seducirla era la meta, el primer paso, y lo disfrutaría. Mas haría que valiera la pena para ella, haría todo lo que estuviera en su mano para que gozara. Para que sintiera que había perdido mucho tiempo con su ex, un hombre que probablemente no la valoraba ni veía lo que era. Mientras la saboreaba, vería de experimentar mucho, para liberarla de tabúes y tensiones,para que su esencia se mostrara en toda su gloria. La quería solo para él. Su sumisa, por elección y placer.
Había atravesado situaciones complejas en su vida, varias tristes y dolorosas, pero era seguro que no había pasado una vergüenza como la sufrida a consecuencia de la llamada de Kaleb. Se había comportado como una tonta