CAPITULO 103 Voy a follarte con desesperación, preciosa.
Suspiró con placer, encantada de descubrir lo bueno que era Jace para los masajes. Otra más de sus virtudes. Claro que el hombre tendría sus bemoles, ya los iría descubriendo con el paso del tiempo y el crecer de la relación. Lo miró y sonrió. Reconcentrado, pasaba su puño con suavidad por su empeine, enviando un agradable cosquilleo por todo su cuerpo.
—¡Qué placer! Estoy muerta. Cuando dijiste que comenzaría a ejercitar, no imaginé que las lecciones serían tan intensas.
—Tu cuerpo no está acostumbrado, Tina—sonrió—. Hoy descubriste partes de él que no sabías que existían. Mañana sentirás otras. Lanzó una carcajada al ver su cara de desmayo.
—Joe pareció tan gentil y paciente al conocerlo. Pero como entrenador es un villano implacable.
Suspiró. El gigante le había mostrado posiciones para evitar golpes, para darlos, para sorprender. Muchos, y luego se había deleitado con hacérselos practicar sin piedad. Alden al comienzo había gruñido y se había comportado todo alfa, procurando evita