Isabella

El silencio en la sala de reuniones es abrumador. Enzo Vitale, el líder de uno de los clanes más poderosos, está sentado frente a mí, con su mirada fija en mis ojos, como si estuviera decodificando cada una de mis reacciones. Sus ojos oscuros son tan penetrantes que casi puedo sentir el peso de su voluntad sobre mí, exigiendo una respuesta, un movimiento, cualquier cosa. Pero no, no me voy a dejar intimidar.

Lo que iba a ser una reunión sencilla, una negociación, ahora se siente más como una partida de ajedrez. Y yo, lamentablemente, soy la pieza en juego.

—La situación de tu familia no es fácil, Isabella —comienza Enzo, su voz profunda y suav