Amor puro
Esa noche se hizo de recuerdos para todos, pues Amalia sentía afligido su corazón y no podía parar de pensar en Dante. Todo inició días atrás cuando volvió a verlo en las redes sociales. Allí volvió a ver su rostro serio y sin expresión, pero aún podía acelerar sus ritmos cardíacos.
«¡Ring! ¡Ring! ¡Ring!»
—¡Sí, buenas noches!
—Disculpa por la hora, pero debido a algunos acontecimientos hasta ahora estoy libre. ¿Cómo están?
—Hola, Dylan. Estamos bien y pronto nacerá tu sobrino. ¿Tienes noticias para mí?
—Así es y por eso te he llamado. Ayer visité a tu madre y la doctora me informó que inició su tratamiento y ha evolucionado como se esperaba… Para no confundirla, ya que no me conoce, ella la sacó al patio y la pude ver a lo lejos.
Amalia lloró de felicidad —¿Cómo la viste? ¡Gracias, gracias, gracias!
—Yo no tengo conocimiento de su proceso y no te podré hablar sobre su estado físico, pero hice algunas fotos y vídeos que envié a tu correo para que tú misma puedas observar su