Leyna
Esconderme, fue lo más duro que hice en mi vida, ocultar mis sentimientos, mis días malos porque estos no eran correspondidos y eso fue duro para mí, y ahora que por fin Mario se había dado cuenta de que estábamos destinados a estar juntos, ahora tenía que seguir ocultándolo creo que será aún más difícil de lo que fue en la soledad.
—¿Estás lista? — acuna mi rostro entre sus manos y une su frente a la mía.
Hoy regresaba mi hermano.
—Quisiera tener más tiempo a solas contigo. Vivir como los días anteriores sin nadie a nuestro alrededor.
Él me sonríe y me da un beso casto en la boca. Tanto tiempo soñando con esto que ahora que lo estaba viviendo parecía un sueño.
—Si quieres puedo mandar a tu hermano unos días más. No sé, comprar al