Capítulo 6.

Sorpresa.

La indiferencia helada y el desprecio silencioso siempre serán el peor castigo. Después de esa fuerte discusión, Fernando aplica su ley del hielo para reprimir las ideas de Kaitlyn. Busca que ella desista de su decisión de volver a trabajar, pues la quiere en casa, bajo su control. Aunque ella lo busca, le escribe e intenta reparar el daño, él no se doblega hasta conseguir que ella claudique en sus ideas de autonomía.

Dos semanas después, en medio de este caos emocional, la desesperación comienza a jugar un papel fundamental. Kaitlyn no solo intenta solventar las cosas con Fernando, sino que las conversaciones con su suegra solo le traen conflicto; la hacen sentir egoísta y culpable de toda la situación, y el encierro la está consumiendo lentamente.

Dibujando en el salón, Kaitlyn escucha el clic de la puerta. Es demasiado temprano para que Fernando regrese, lo que le despierta una inmensa curiosidad. Se levanta para ver quién es. Cuando se repone, lo ve apar