Nana lo mira divertida a la vez que sorprendida. La última vez que preparo una cena fue para Erika y ella salió aterrorizada de ese lugar.
Esa noche ella pretendía decirle que le había sido infiel con uno de sus socios, pero se sintió culpable y no pudo confesarle la verdad hasta unos meses después donde Gerald estaba trabajando en la oficina y ella se le acercó como cordero degollado para confesarle su crimen
Nana comenzó con los preparativos y mientras Nana cocinaba algunas cosas, Gerald preparaba otras.
El olor a comida de varios olores me tenía deliberando y Gerald no subía a la habitación a hablarme, siempre había sentido esa necesidad de explicarle las cosas y aclararle los problemas paso a paso hasta que ya no vi ninguno.
De cansancio dormí en la cama y me desperté cuando Nana entró en la habitación diciéndome que bajara a cenar con el señor.
—No iré, Nana, dile a tu amo que puede cenar solo.
Estaba enfadada, no había querido hablar conmigo. ¿Y ahora qué? Dudaba que me ha