Capítulo 58
El sol comenzaba a asomarse detrás de los grandes edificios de Palermo, el cielo mostraba solo unas pocas nubes en la lejanía, el viento soplaba deliciosamente fresco, y aquel era el amanecer de un nuevo día, todo prevalecía en una acogedora calma, las personas en las calles comenzaban a deambular r