Capítulo 29: El amor de los gemelos.
La tarde regalaba sus hermosas tonalidades rojizas un día más, el manto de la noche pronto lo cubriría todo, y Lorenzo observaba a Victoria jugando con sus pequeño hijos, Liam y William Bianchi; una escena casi idéntica era lo que había cambiado su manera de ver a aquella hermosa mujer, y no solo eso, en realidad, había cambiado su panorama por completo; la felicidad que desbordaba Victoria al estar con sus hijos, la hacía brillar como el sol, y el, se sentía iluminado por ella.
— Bien, ¿Quién quiere un helado? De chocolate, de fresa, vainilla o de los tres juntos, tenemos de todo. — dijo Lorenzo mirando a los pequeños Liam y William.
— ¡Yo quiero!, ¿Puedo mami? — cuestionaron Liam y William con su infantil y dulce voz.
— Por supuesto que pueden, anden, vamos a por unos helados. — respondió Victoria con una sonrisa.
Aquella inocente pregunta, sin embargo, hizo que Lorenzo frunciera un poco el entrecejo.
— Díganme algo, campeones, ¿Por qué le preguntan a su mami si pueden? Te lo estoy