La señora Benedetto miró a Lorenzo, siempre había sido un muchacho demasiado inteligente y con una intuición casi sobrenatural…estaba convencida de que no lo tomaría por sorpresa lo que estaba a punto de decir. En aquella fiesta que los hermanos habían interrumpido, ya sabía que Angelo y Lorenzo planeaban algo, aunque ciertamente la tomaba por sorpresa que los hermanos juntos hubiesen llegado a la casa de Bartolomeo, una sonrisa sincera se dibujó en sus labios, después de tantos años de odios y rencores absurdos, ambos hermanos parecían realmente haberse perdonado…Luciano no lo sabía, estaba segura de ello…de lo contrario, habría causado un gran revuelo.

— Sera mejor que ambos se sienten, que esto que estoy por decirles no será fácil de asimilar. — dijo la vieja mujer tomando tambien asiento.

La mujer, comenzó a hablar.

Eran ya muchos años desde que esos recuerdos los había guardado en su memoria, era ella había sido la original prometida del monstruo, la que debía casarse con Luciano