Capítulo 149: El adiós del amor, el adiós de la obsesión.
Victoria miraba hacia fuera de los ventanales de aquel lujoso piso en que su historia con Lorenzo había comenzado, su amado esposo había hablado con ella, le había contado todo lo que Laurent y el planeaban contra aquel cruel hombre que era su padre y meditaba en silencio todo aquello que había pasado y pensaba en lo que estaba a punto de pasar, las maletas estaban hechas, escuchaba a sus hijos correr de un lado a otro alistándose para el viaje que estaban por emprender rumbo a los Estados Unidos.
Lorenzo tenía razón en todo lo que había concluido, el en verdad tenía la razón; Luciano Visconti no se detendría en su búsqueda de tomar a sus hijos para luego moldearlos a su gusto, su esposo era en verdad un hombre sumamente brillante; no era extraño que en pocos años se hubiese convertido en el poderoso y temido líder de mafia que era, aun así, sabía bien que sus amados hijos estaría a salvo bajo la protección de los hermanos Slorach y los Beaulieu, eran buenas personas y Helena era una